En estos momentos en los que se habla tanto de rupturas de negociaciones como de posibles alianzas para las próximas elecciones generales, vuelven a tomar importancia dos preguntas que ya se plantearon antes de los últimos comicios: ¿Cuáles habrían sido los resultados si Izquierda Unida y Podemos hubiesen formado una candidatura de confluencia, como muchos apostaban desde ambos partidos? ¿Y si la ‘derecha asturiana’ se hubiese reconciliado, de manera que PP y Foro se hubiesen presentado conjuntamente? En esta nueva entrada de política-ficción trataré de aventurar algunas respuestas al respecto.
En primer lugar, ¿qué hubiera pasado si Izquierda Unida y Podemos hubiesen decidido confluir en las últimas elecciones? El Partido Socialista habría ganado las elecciones con 14 escaños. La candidatura de confluencia de Podemos e Izquierda Unida habría obtenido 14 escaños, los mismos que obtuvieron ambos partidos por separado (9 Podemos, 5 IU), con lo que, en realidad, no podría decirse que la concurrencia conjunta se hubiese traducido en más escaños en este escenario. Por su parte, el Partido Popular habría obtenido 11 escaños, y Foro Asturias y Ciudadanos 3 escaños cada uno, como sucedió en las últimas elecciones.
Pese a que los cambios no habrían sido demasiado significativos en términos cuantitativos, el mismo número de escaños del PSOE y Podemos-IU habría propiciado un empate entre sus dos candidatos ya en la primera vuelta, y si a eso se hubiese sumado la más que probable presentación por parte del PP de un candidato propio con el respaldo de Foro, el empate se produciría a tres bandas, lo cual hubiese supuesto una situación inédita en Asturias. En este escenario, más que en ningún otro, Ciudadanos hubiese poseído un papel decisivo en la segunda vuelta a la hora de inclinar la balanza en favor de cualquiera de los tres candidatos, con implicaciones casi imposibles de prever.
No obstante, tampoco puede ignorarse que una candidatura de confluencia entre IU y Podemos hubiese supuesto una apuesta más atractiva para muchos electores, lo que podría haber evitado la pérdida de votos por el efecto del ‘voto estratégico’ que los partidos minoritarios suelen padecer sobre todo en las circunscripciones Oriental y Occidental.
Teniendo presente lo anterior, ¿qué habría pasado si en su lugar hubiesen sido el Partido Popular y Foro Asturias quienes hubiesen concurrido de manera conjunta en las últimas elecciones? Como antes, curiosamente, la reconciliación de la derecha asturiana no se habría traducido de manera directa en un mayor número de escaños, si bien es posible que la presentación de una candidatura unida de ‘reconciliación’ hubiese minorado el efecto del ‘voto estratégico’ de muchos electores, principalmente de Foro Asturias, que finalmente optaron por otras fuerzas políticas.
No obstante, no es seguro que una eventual ‘reconciliación’ realmente se hubiese traducido en un mayor número de votos, puesto que también cabría pensar que en ese caso muchos de los votantes de Foro Asturias habrían optado por otras formaciones políticas antes que (volver a) prestar su apoyo al Partido Popular, sobre todo teniendo en cuenta las diferencias que separan a muchos de los primeros de los votantes del PP.
En cualquier caso, incluso en el escenario más favorable para esta coalición, los acontecimientos no habrían diferido demasiado de la realidad, salvo por el hecho de que tanto el candidato socialista como el de la derecha habrían empatado ya en la primera vuelta. A partir de ahí, el abanico de opciones de las restantes formaciones políticas hubiese sido el mismo, y en particular, Izquierda Unida, una vez más, habría mantenido la capacidad de determinar cuál de ellos finalmente accedería a la Presidencia del Principado.
Estos dos escenarios permiten concluir que, en realidad, el hecho de que Podemos e Izquierda Unida hubiesen confluido, o que el Partido Popular y Foro se hubiesen presentado juntos, aparentemente no habría alterado de manera significativa el resultado de las últimas elecciones autonómicas.
Sin embargo, una vez confirmado que los dos primeros concurrirán por separado, ¿sucedería lo mismo si, como ahora parece que puede llegar a suceder, los dos últimos partidos se presentasen conjuntamente a las próximas elecciones generales? En la próxima entrada trataré de abordar esta cuestión.